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8M: Los desafíos de las mujeres en tecnología y la falta de reconocimiento


La ciencia, la investigación y la tecnología son actividades cada vez más relevantes en la economía del conocimiento, y los países que dispongan de una masa crítica en ellas pueden especializarse mejor en sectores más dinámicos y volverse más competitivos.

Pese a su gran relevancia, el ámbito tecnológico es uno de los sectores de la economía con menor participación femenina en el mundo, y en particular en América Latina, donde las mujeres ocupadas en Argentina, Brasil y México son apenas un tercio.

¿Por qué hay pocas mujeres en ciencia y tecnología? 

La situación de las mujeres en Ciencia y Tecnología puede explicarse como un círculo vicioso, según una investigación de CIPPEC junto a Salesforce publicada en 2021.

A grandes rasgos, son pocas las mujeres que se insertan en el ámbito científico y tecnológico y luego esas pocas enfrentan barreras que truncan sus trayectorias y liderazgo, fortaleciendo los techos de cristal.

En la etapa educativa, existen normas sociales y culturales que operan sobre la confianza y el interés de las mujeres, sumando a la desinformación sobre este tipo de carreras y la ausencia de modelos a seguir:

  • Desde la infancia y la adolescencia se refuerzan sesgos de género sobre las mujeres y las ciencias duras.
  • No hay orientación vocacional en la infancia y juventud.
  • En los estudios superiores, las jóvenes enfrentan un clima hostil en carreras con predominancia de varones.
  • Además de ser minoría, las estudiantes universitarias no suelen encontrar referentes en sus docentes ni instancias de mentoreo para recibir acompañamiento en la transición al mundo laboral.

En la etapa de desarrollo profesional, las pocas mujeres que se insertan en ámbitos laborales relacionados con la CyT tienen dificultades para acceder, mantenerse y ascender en sus carreras:

  • Como en todos los sectores de la economía, se da una carga desbalanceada de las responsabilidades de cuidado.
  • La promoción científica está basada en normas y criterios de evaluación masculinos, por ejemplo, la edad fértil de las mujeres coincide con la instancia de especialización y posgrados.
  • El clima y la cultura no dejan de ser hostiles en ámbitos masculinizados y las mujeres padecen mayor discriminación, exigencias, y en ocasiones, hasta acoso.

La falta de visibilidad de mujeres en CyT cierra el círculo vicioso, ya que se refuerzan los estereotipos respecto a lo que las mujeres pueden o no hacer, o en qué ámbitos se destacan:

  • Falta información de fácil acceso y estadísticas desagregadas por género, región geográfica y etnia.
  • La representación cultural y simbólica de mujeres en STEM es limitada.
  • Los premios y reconocimientos del sector público y privado tienen poca, aunque creciente, notoriedad.

Un sector tecnológico más igualitario

Para reducir la brecha de género en la ciencia y la tecnología es necesario implementar políticas públicas e iniciativas privadas en cada etapa del círculo vicioso. Entre ellas, quizás la más accesible, se encuentra el desarrollo de narrativas inspiradoras que interpelen a niñas, jóvenes y adultas, y a la sociedad en su conjunto.

Las mujeres, como grupo diverso, aportan una rica variedad de experiencias y perspectivas que tienen un valor incalculable y contribuyen a mejorar la calidad de la ciencia y la innovación. 

Lograr la igualdad de género no es sólo relevante para las mujeres: el género se refiere a las prácticas y expectativas culturales que rigen el comportamiento esperado, aprobado y real de hombres, mujeres y disidencias.

Con la cuarta revolución industrial y la transición demográfica como contexto, los ámbitos de CyT deben convertirse en una oportunidad para la igualdad de género y de mayor libertad económica para las mujeres.